Las mujeres tienen la regla durante unos 35 años de su vida. Según las estimaciones, desde la primera menstruación hasta la menopausia (tiene lugar a los 50 años aproximadamente) utilizarán más o menos 10.000 tampones y compresas. Esto se traduce en un gasto extra que fluctúa alrededor de los 1.500 ¤, dependiendo del tipo y del número de productos que cada una utilice durante su periodo.
Se trata de un alto precio, y no todo el mundo lo puede pagar, lo que desencadena problemas de higiene íntima y de salud. Ante esta situación la pregunta es clara: ¿Por qué las compresas y tampones se consideran todavía productos de lujo cuando son bienes de primera necesidad?
Con el objetivo de corregir esa discriminación, el parlamento escocés acaba de aprobar una ley que garantiza la gratuidad de estos bienes, convirtiéndose en el primer país del mundo en hacerlo. La medida, aprobada con 112 votos a favor, ninguno en contra y una abstención, busca combatir la "pobreza menstrual" y acabar con las desigualdades de género. No obstante, esta norma pionera todavía tiene que superar una segunda votación, en la que los diputados pueden proponer enmiendas.
Si consigue pasar esa segunda fase y entrar en vigor -algo probable teniendo en cuenta los buenos resultados de la primera ronda-, las mujeres podrán adquirir estos productos en lugares públicos como centros de salud, clubes juveniles o farmacia sin coste alguno.
Un experimento que se extendió a todo el país
En 2019, Escocia ya sorprendió con una iniciativa parecida, aunque a menor escala. Se convirtió en el primer país en distribuir estos productos de manera gratuita a alumnas de todos los niveles educativos. Y, un año antes, ya garantizaba su acceso a personas sin recursos en Aberdeen. Eso sí, de manera experimental. No obstante, esta nueva ley, que tendrá un coste anual para el Estado de 28,6 millonesde euros amplia ese derecho a todas las mujeres del país.
El problema de la denominada tasa rosa, el impuesto que amplia la brecha de género en el supermercado, no es exclusivo de Escocia. De hecho, muchos países han reducido el IVA de estos productos, pero esa iniciativa todavía no ha sido aprobada en el parlamento español. Aquí los tampones y las compresas tienen el mismo IVA que los espectáculos deportivos: un 10%.
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