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Alas suspicacias acerca de la falta de garantías de imparcialidad de la alcaldía de Medellín en la campaña presidencial persistieron hasta los últimos momentos previos a la contienda.
Es bien conocido el compromiso director del alcalde Daniel Quintero con las huestes petristas, el cual se ha hecho público. No en vano la Procuraduría lo separó del cargo mientras que se desarrolla una investigación sobre presunta participación en política de funcionario público, lo cual está prohibido por la ley y podría ser causal de destitución a futuro. Entre las pruebas de la posible conducta punible están las intervenciones en redes sociales en favor de las consignas del candidato de la Colombia Humana y el aporte de ocho de los alfiles más importantes de Quintero a esa campaña.
Empleo de recursos oficiales
También, se han presentado quejas sobre la presunta utilización de carros y la infraestructura pública de la ciudad con fines políticos. Todas han sido hechos denunciados desde los comicios para el Congreso, la primera vuelta presidencial y se estarían presentando también con miras a la jornada de este domingo.
Ayer un equipo periodístico de este diario observó las sedes del movimiento Independientes que llevó a Quintero al piso 12 de la Alpujarra, y la llamada Casa Petrista; ambas ubicadas en la misma manzana del barrio La Floresta. A pesar de que cualquiera esperaría que la segunda concentrara la mayor actividad por estar en la recta final, sucedió todo lo contrario, por lo menos en la mañana.
Pero lo que más llamó la atención fue una camioneta con el logo de la Secretaría de Movilidad de la Alcaldía parqueada diagonal a la casona de Independientes (ver foto) y que habría dejado algo o a alguien en el sector, porque hacia las 11 a.m. partió sola con el conductor.
Esa misma calle fue la locación de un video en redes que denunciaba la presunta utilización de un bus contratado por la Secretaría de Educación para transportar a adeptos a Petro.
Controversia por claveros designados
Por todos los indicios de posible parcialidad de la Alcaldía, ayer cuando se conocieron los nombres de 73 funcionarios de la administración municipal que actuarán como claveros de los comicios del domingo y como tal deben ser garantes de la cadena de custodia del material electoral en Medellín, surgieron más suspicacias.
“¿No han visto cómo ha actuado Quintero en esta campaña? La transparencia de la votación en Medellín está en veremos”, expuso en Twitter el concejal Alfredo Ramos. También, el exconcejal Bernardo Guerra escribió manifestando sus sospechas ante un “gabinete en campaña” y la exfiscal Claudia Carrasquilla también cuestionó ese nombramiento.
En busca de las explicaciones
Sin embargo, para el exmagistrado del Consejo Nacional Electoral Guillermo Mejía dicha figura no es muy relevante en la práctica, ya que, aunque antes “los escrutinios se hacían al otro día o varios días después”, hoy no solo se realizan en cuestión de pocas horas sino que existen más ojos vigilantes, de manera que termina siendo casi un “nombramiento honorífico”.
Los votos de cada mesa se meten en bolsas de un plástico especial y se sellan herméticamente con una cinta también especial.
Lo normal es que la bolsa de cada mesa la coge un delegado de la Registraduría y la deposita en un sitio central del puesto de votación donde a su vez permanece otro delegado de la Registraduría acompañado por un juez, un notario, un delegado de la Procuraduría o de la Personería, y a veces por alguien de la Fiscalía y un representante de la Misión de Observación Electoral.
No obstante, para sectores críticos de la administración municipal las dudas persisten y aguardaban anoche un pronunciamiento de la Registraduría, el cual no se había producido al cierre de esta edición.