El cierre de colegios debido al COVID-19 dejó aproximadamente 1.600 millones de estudiantes en todo el mundo sin clases presenciales durante un largo periodo de tiempo, según la Unesco.

Y si bien la presencialidad total es la realidad en la mayoría de países, incluido Colombia, aun persistía la pregunta de qué tanto pesaba el regreso a clases en la generación de infecciones y muertes por coronavirus.

Justamente para eso un estudio publicado por JAMA Network quiso comprobar si la reapertura de colegios bajo protocolos apropiados durante la pandemia se asoció con un aumento de casos y muertes por COVID-19 en los municipios del estado de Sao Paulo, Brasil.

(Vea también: COVID-19: riesgo de sufrir enfermedades cardíacas se dispara tras contagio)

La gran conclusión de este estudio fue que el regreso a clases de forma presencial en países de ingresos bajos y medianos durante la pandemia no se asoció con un mayor número total de casos o muertes en contextos de alta movilidad de personas.

“Mantener las escuelas abiertas durante la pandemia no contribuyó a la actividad total de la enfermedad”, explican los autores.

De hecho, el estudio sugiere que los niños, en particular los que están en la escuela primaria, se encuentran entre los grupos más seguros por su riesgo de transmisión relativamente bajo.

“Entre octubre y diciembre de 2020, 129 municipios autorizaron reabrir escuelas parcialmente para actividades presenciales, entonces usamos datos públicos sobre la evolución de la pandemia en diferentes municipios y probamos si la reapertura de escuelas bajo protocolos apropiados estaba asociada con un aumento de casos y muertes por COVID-19 en el estado de Sao Paulo”, explicaron los autores.

¿Qué sucedió tiempo después de reabrir las escuelas?

Los municipios que reabrieron las escuelas tuvieron una incidencia acumulada de 20 casos de contagio por cada 1.000 habitantes, y una mortalidad de 0,5 muertes por 1.000 habitantes durante el período de referencia.

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Por otro lado, los municipios que no autorizaron la reapertura de las escuelas tuvieron una incidencia acumulada de 18 casos por cada 1.000 habitantes, y una mortalidad de 0,45 muertes por 1.000 habitantes en el mismo período.

Los resultados indicaron que no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los municipios que autorizaron el regreso a las aulas y los que no lo hicieron.

“Los hallazgos de este estudio sugieren que es poco probable que la reapertura de escuelas en países de ingresos bajos y medianos durante la pandemia contribuya al riesgo agregado en presencia de protocolos de reapertura seguros, especialmente donde la movilidad ya es alta”, ratifican los autores.