Este 26 de octubre, Frank Carreño intentará, una vez más, poner el nombre del país bien en alto. Este día competirá por ser el mejor atleta en ascenso vertical en uno de los edificios icónicos de New York, y en el que ya se coronó como el mejor en 2018.

Sin embargo, la travesía de este hombre para llegar hasta aquí no ha sido fácil y aunque ya se ha ganado un nombre dentro de este deporte, aún se ve en calzas prietas para encontrar los recursos que le permitan vivir de su pasión y que ejerce profesionalmente desde hace más de 7 años.

En diálogo con Pulzo, Frank Carreño contó algunos detalles de cómo es su vida y las dificultades que ha sorteado para salir adelante en este deporte poco popular en el país.

Lee También

Las dificultades de Frank Carreño

A sus 30 años, el colombiano está llegando a la madurez de sus carrera deportiva, pero no la puede aprovechar al máximo por algunas situaciones adversas que ha sorteado día a día.

El entrenamiento lo hace con “un poco de improvisación”, revela. “Trato de simular la carrera en la montaña. Hacer el mismo tiempo de preparación, con un poco de pista para ganar velocidad y de bicicleta”, señala, aunque no tiene un espacio en el que pueda hacer lo mismo que en las competencias.

En charla con este portal, Frank contó que no se puede dedicar de lleno a entrenar y prepararse para competir habitualmente, pues en la actualidad no tiene un patrocinador que lo respalde, razón por la que él debe rebuscársela día a día.

“Los entrenamientos los combino con la ebanistería, que es en lo que trabajo con mis hermanos. Este es un deporte muy exigente y desgastante, entonces a veces no tengo el espacio para recuperar por estar corriendo a trabajar y poder vivir. Eso es lo que vuelve complejo mi preparación en este momento, pero saco algo de tiempo para llegar en un buen estado”, reconoció.

La última competencia de Frank fue hace unas pocas semanas, cuando ganó la primera edición de la Red Bull Conquista del Peñol, competencia que le sirvió para obtener un respaldo para su próximo reto: conquistar el Empire State. Para llegar este 26 de octubre a competir, Carreño consiguió que esta empresa costee los tiquetes a New York y así tendrá la oportunidad de ir por una medalla que ya se colgó.

Gané en 2018 y aseguré mi cupo para el siguiente año. Sin embargo, en 2019 no pude ir por recursos y la opción se perdió. La organización me dio la oportunidad para 2020, pero esa se canceló por pandemia”, señaló Frank, quien, a pesar de las dificultades se siente en óptimas condiciones para competir con un buen nivel.

A pesar de este gran apoyo que recibió, hay puertas que aún no se han abierto. “Lo intenté con el Ministerio del Deporte, pero como es una disciplina que ellos llaman no olímpica, pues no tienen la cobertura o el presupuesto destinado“, dice, así que a él le tocó sacar de su bolsillo para pagar el hospedaje y la alimentación del tiempo que dure en Estados Unidos.

(Vea también: “Con Luis Javier Mosquera, el Mindeporte no nos apoyó”: Fedepesas arremete contra Gobierno)

¿Cómo son los premios de estas competencias?

“Hay un calendario nutrido al que estoy invitado por el reconocimiento internacional”, le contó Frank a Pulzo, aunque no puede asistir a todas las competencias porque económicamente no puede costearlas.

De hecho, los premios que se otorgan tampoco son muy ostentosos y en las competencias más importantes ni siquiera podría llegar a recuperar la inversión, y eso que el 95 % de los viajes que realiza los hace sin nadie que lo acompañe.

“Hay competencias muy pequeñas en las que los premios es más lo que podamos mostrar nosotros de las marcas. Pero hay otras que tienen patrocinadores muy grandes. Las asiáticas son las que mejor remuneran, pero ir hasta allá es mucho más costoso y en muchas de ellas, así se gane, no se recupera la inversión que yo pueda llega a hacer si me voy solo y por mis propios medios”, reconoció en charla con este portal.

Lo cierto es que para esta competencia en el Empire State, a Frank se le apareció un angelito con alas con el que él está muy agradecido y espera traer para Colombia un nuevo reconocimiento en el ascenso vertical que lo ponga de nuevo en el panorama de los atletas con gran desempeño en deportes que no son tan populares.