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Fronteras en disputa: los conflictos territoriales en América Latina

  • Embarcación sobre el meridiano 82, límite marítimo entre Colombia y Nicaragua. FOTO: COLPRENSA.
    Embarcación sobre el meridiano 82, límite marítimo entre Colombia y Nicaragua. FOTO: COLPRENSA.
26 de febrero de 2020
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Desde el inicio de la conquista gradual del océano por el hombre, cuando se lanzó a él en un tronco de madera hace 10 mil años para cazar peces, el inmenso tapiz azul ha sido el escenario de batallas luchadas a piedra, fuego y bala. El humano ha llevado mar adentro las complejidades propias de su existencia, y en contra de un oleaje que no deja nada en su sitio, ha impuesto líneas estáticas e imaginarias que defiende con su vida.

El avance de los trozos de madera en bloques modernos de metal fundido ha convertido las líneas difusas en trincheras de ataque y defensa. En diciembre de 2018, el cruce de una provocó que un buque de la armada venezolana interceptara y retuviera a uno más de bandera guyanesa. Navegaban aguas de la región de Esequibo, una extensión del mar caribe al frente de las costas de Venezuela y Guyana que ambos países se pelean hace 200 años.

Tan imaginarias son las líneas que cada nación traza, que en el intercambio que tuvieron los hombres de ambos barcos la mañana de ese sábado 22 de diciembre, se reclamaron estar navegando aguas territoriales propias. La batalla dialéctica no redundó en más debido a que la parte guyanés no estaba preparada para un desafío armado. Su objetivo, mucho más valioso, consistía en practicar pruebas sísmicas a nombre de ExxonMobil, una petrolera en búsqueda de oro negro.

La disputa marítima fue solo la extensión de un conflicto territorial que amenaza la existencia de Guyana. Las reservas de más de 4 mil millones de barriles de petróleo que ExxonMobil ha reportado en las costas del pequeño país suramericano corren peligro debido a una reclamación territorial de su vecino del norte. Venezuela considera como suyos 160 mil kilómetros que hoy representan la mitad del territorio guyanés.

Si no puede ver los gráficos que muestran los territorios en disputa, de clic aquí

No son los únicos que temen ver su territorio borrado del mapa. Seis diferendos limítrofes cuestionan las costuras de la América Latina del siglo XXI. Pueblos y gobiernos se han heredado durante más de 200 años los conflictos por tierra, de generación en generación, como quien cuida tesoros familiares. Como en cualquier disputa ancestral, las razones y orígenes se pierden en argumentaciones de honor y tradición. ¿Quién tejió las líneas de la cartografía americana y qué hilos dejó sueltos?

El trazado de los límites

Kilómetros mar arriba del incidente entre Venezuela y Guyana, otro frente permanece abierto desde hace dos siglos. La frontera entre Colombia y Venezuela está en disputa en el área del golfo que comparten ambos países y que nombran de diferente forma, en un intento vano de adueñarse narrativamente de él. Allí también la historia rememora el encuentro, en 1987, de dos corbetas que amenazaron con desatar una guerra entre ambas naciones.

La diferencia temporal entre los dos sucesos, de poco más de 30 años, se elimina cuando se hala la cuerda de los límites territoriales que hace 400 años apenas se formaban. América era aún un continente confundido con las Indias y dominado por un rey a 7 mil kilómetros de distancia. Simón Flórez, experto en Estudios Latinoamericanos, ubica allí, en los tiempos de la corona española, el origen de los problemas limítrofes que siguen vigentes.

“Los virreinatos fueron la unidad política que gestaron los españoles para administrar el territorio conquistado. Ese fue el primer mapa que tuvo América”, señala Flórez. Las líneas se dibujaron siguiendo el patrón que utilizaban los europeos desde siglos anteriores para definir las fronteras entre los feudos e imperios en su continente. Metro a metro, ganando y perdiendo guerras.

No había conocimiento del territorio más allá del que los soldados o evangelizadores observaban en sus incursiones. Nuevo México, lo que hoy es todo Centroamérica, fue la primera franja de tierra que los conquistadores delimitaron. En las rudimentarias técnicas que utilizaron tiene origen el conflicto que enfrente a Belice con Guatemala, y que al igual que Guyana, pone en riesgo su existencia.

Se trata de poco más de 11 mil kilómetros que quedaron huérfanos cuando los europeos fueron expulsados del territorio americano en el siglo XIX. “Los límites españoles se desdibujaron cuando comienza la independencia de los latinoamericanos. Esos procesos fueron liderados por caudillos que van a tratar de prolongar el poder sobre un territorio ya ganado por los europeos”, explica Luis Fernando Vargas, internacionalista de la Universidad Eafit.

Dichos conflictos militares, aunque famosos, fueron focalizados y nunca alcanzaron dimensiones como las vividas en Europa. “Cuando confeccionamos nuestros Estados en el siglo XIX, fue muy difícil asimilar cómo la soberanía, en principio de un rey, iba a pasar a una institución llamada Estado. Nos tocó funcionar mucho a ensayo y error”, explica Vargas.

La difícil conformación de ejércitos nacionales que custodiaran y defendieran esos límites complicó más la estabilización de un mapa político. Uno de los conflictos militares más reconocidos fue el que enfrentó a Chile con Bolivia y cuya resolución dejó al segundo sin costa marítima.

Hace más de 130 años los bolivianos intentan recuperar sus fronteras antiguas, perdidas en una guerra, a través de acuerdos internacionales que buscan demostrar que la firma de la paz que terminó el conflicto militar, no tiene validez. Paula Ruíz, profesora de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, señala que a pesar de que se ha creado una institucionalidad como la corte de la Haya para dirimir esos conflictos, esta no ha funcionado como se espera.

“Las decisiones de estas instancias internacionales se enfrentan luego a la interpretación que los Estados internamente hacen de ellas. Los conflictos por tierra suelen tocar fibras nacionalistas. Ningún país acepta de buen gusto la pérdida de un territorio”, señala Ruíz. Las soluciones que han encontrado algunas disputas suelen ser producto de negociaciones directas entre los países.

La vigencia de problemas limítrofes no es exclusiva de América Latina. El concepto de Estado - Nación se ha ido debilitando en el mundo. “Cuando hablamos de mecanismos de integración precisamente intentamos desdibujar fronteras y facilitar la unión”, señala Flórez antes de poner como ejemplo a la Unión Europea, el experimento de ese tipo más exitoso del mundo.

Sin embargo, Reino Unido la acaba de abandonar. Escenarios como el cambio climático y la limitación cada vez más extrema de recursos ha regresado a la tierra un incalculable valor. El mundo está creando nuevas fronteras y América Latina no es la excepción. El mapa político del continente tienes grandes heridas con viejas historias que no parecen tener un camino claro de redención.

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