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      La autora polaca Olga Tokarczuk, entre la escritura y el compromiso

      Sus obras, de poesía y narrativa, recién empiezan a ser traducidas en otros idiomas. Es, además, una destacada activista de intervenciones fuertes, que llegó a requerir custodia privada.

      La autora polaca Olga Tokarczuk, entre la escritura y el compromisoOlga Tokarczuk, premio Nobel de Literatura. / Reuter

      La llamada con la que le avisaron que es una de las dos ganadoras del Premio Nobel de Literatura, la encuentra de viaje en Alemania. De hecho, tuvo que detener el auto al costado de la ruta y posiblemente –no lo sabemos, pero es verosímil– haya tardado largo minutos en volver a manejar, en regresar a lo que estaba haciendo. Con 57 años, es de lejos la escritora más joven de la lista de los 20 “favoritos” para el galardón doble de este año. Quizás no se lo esperaba.

      Olga Tokarczuk, sin embargo, lleva un tiempo bebiendo de las aguas de los premios y el reconocimiento. En noviembre de 2018, la revista especializada The Calvert Journal le dedicó un perfil al que tituló: “El meteórico ascenso de la nueva estrella polaca”. Su punto de inflexión en este sentido –la antesala del Nobel, podríamos decir– llegó en mayo del año pasado, cuando ganó el Man Booker Prize International con su novela Flights. Fue la primera vez que alguien de Polonia ganaba ese premio, el mas importante en lengua inglesa.

      Nacida en enero de 1962, en una casa con una biblioteca copiosa, de padres de izquierda, las biografías siempre la mencionan, además de como escritora, por su tarea como activista e intelectual comprometida. Estudió psicología en la Universidad de Varsovia y ejerció esa profesión durante muchos años, sobre todo como voluntaria en un hospital para jovenes con trastornos graves, mientras escribía sus primeros poemas. Se reconoce como hija del linaje que abrió Carl Jung en materia de psicología. A fines de los años 90 se mudó a Nowa Ruda, un pueblo pequeño cerca de la frontera con la República Checa, y fue ahí donde se dedicó a escribir ya de manera sistemática. Además, fundó su propio sello editorial, Ruta.

      Su primer libro se publicó en 1989 y es un poemario, Las ciudades en el espejo y en 1993 llegaría su primera novela, The Journey of the People of the Book, con una trama ambientada en la Francia del siglo XVII, un libro alegórico. De 1996 es E. E., también novela, cuyo título brota de las iniciales de la protagonista, Erna Eltzner, hija de una familia burguesa polaca que desarrolla habilidades extrasensoriales.

      Pero el primer salto importante de lectores y reconocimiento llegaría en 1996 con Primeval and Other Times, una ficción ambientada en el pueblo de Primeval, comandado por cuatro arcángeles, observadores de la vida de los habitantes de ese pueblo durante ocho décadas. Ese libro se tradujo a varias lenguas y desde entonces las contratapas de sus trabajos aparecen rubricadas con una frase de la que ya no se desprendió: “la autora más destacada de su generación”.

      En castellano, sin embargo, todavía son pocos los textos de Tokarczuk que han sido traducidos, y en Argentina son prácticamente inhallables. Sobre los huesos de los muertos fue publicado por Siruela y es un thriller protagonizado por una ingeniera de caminos retirada que enseña inglés en la escuela rural de Kotlina Kodzka, una región montañosa del suroeste de Polonia. De fachada policial, tiene sin embargo un fuerte trasfondo ecologista, y la novela aprovecha para criticar con fuerza la devastación de la naturaleza en manos del capitalismo voraz.

      Lumen publicó en 2001 Un lugar llamado antaño, otra fábula que cuenta la historia, desde la Primera Guerra Mundial hasta hoy, de tres generaciones de campesinos en un pequeño pueblo llamado Prawiek. Recién para noviembre de este año la editorial española Anagrama tiene programado publicar en nuestro idioma otro texto de la flamante Nobel, Los errantes, un objeto hecho a base de “historias incompletas, cuentos oníricos”.

      Olga Tokarczuk estaba de viaje por Alemania cuando recibió la noticia.Olga Tokarczuk estaba de viaje por Alemania cuando recibió la noticia.

      “Feminista y militante vegetariana en una sociedad crecientemente reaccionaria y patriarcal como la polaca”, la describió el diario inglés The Guardian. Sus intervenciones siempre saltan a las primeras planas de los diarios de su país. En 2009, cuando una película basada en uno de sus libros se estrenó en el Festival de Berlin, fue denunciada en los diarios polacos como un trabajo “anti cristiano que promueve el eco terrorismo”. Sus palabras generan cosas. Drive Your Plow, novela que está por publicarse en inglés, abrió calurosos debates acerca de la pertinencia de la caza en el siglo XXI, cuestionando así una tradición vertebral de la cultura polaca. Y, en 2014, su editor polaco tuvo que contratar guardias de seguridad para que la custodiaran luego de que dijera que Polonia había cometido “actos horrendos” de colonización en el pasado. La llamaron “traidora” y su vida peligró.

      Como sucedió ya muchas veces en la historia de los premios Nobel de Literatura, entonces, este reconocimiento es a una obra pero también a un puñado de ideas políticas y sociales, a una ideología que parece compensar el premio a Peter Handke, dado en contra de la idea de "corrección política". Por lo demás, las autoridades de la Academia Sueca, a la hora del anuncio, precisaron que se lo otorgaban a Tokarczuk por “una imaginación narrativa que representa, con pasión enciclopédica, el cruce de fronteras como una forma de vida”.


      Sobre la firma

      Mauro Libertella
      Mauro Libertella

      mlibertella@clarin.com