“El terror brinda la oportunidad de sacar nuestras emociones más antisociales. Ese impulso masivo que te dice ‘Sí, matalos a todos y que Dios lo resuelva’”. La frase pertenece a Stephen King y la dijo en uno de los episodios de Eli Roth’s History of Horror, la serie de antología que tiene por objetivo analizar las películas cuyo arco de reacciones median entre el asco y el pánico. Su conductor, el director de Hostel y Cabin Fever, ostenta un doctorado indiscutido en el género y el programa con su firma vendría a ser su cátedra abierta. Desde el jueves pasado puede verse su tercera temporada por AMC.

La intención entonces es la de explorar las temáticas de esta especie, revelar sus inspiraciones, el impacto cultural y la razón por la cual los fanáticos siguen adictos al miedo. Tarea descomunal puesto que se enfrenta a un agujero negro cinematográfico. Así han pasado cortes clásicos (“casas embrujadas”, “monstruos”, “vampiros”, “brujas”, “slasher”, “zombies”) y delicias inesperadas como “niños atemorizantes” o “el demonio interior”. El nuevo pelotón de seis episodios amplia las zonas erógenas del más bastardeado de los géneros e incluye “secuelas (que no apestan)”, “infecciones”, “psíquicos”, “horror apocalíptico”; “vacaciones de horror” y terminará con “científico loco”. 

El primer capítulo es una demostración cabal de sus intenciones, esquemas y formas. Analizan una “antisecuela” como Gremlins 2 de Joe Dante hasta el concepto lleno de ramificaciones detrás de The Purge de Gerard McMurray. ¿El capítulo dedicado a las enfermedades acaso puede ser leído en clave catártica? ¿Por qué la idea del día del juicio final sigue siendo tan encantadora? “Esa es una de las cosas más jugosas de History of Horror, además de la obra se explora la época en que se realizaron las películas y como sirven de reflexión o comentan algo que estaba allí”, asegura el conductor entrevistado vía mail por Página/12.

Gracias a sus producciones, Roth se puso a la vanguardia del “Splat Pack”, esa banda de realizadores que reformularon el terror del nuevo siglo hacia una veta más provocativa y explícita. El gran público aún lo recuerda por su participación como “el Oso Judío” en Bastardos sin gloria de su amigote Quentin Tarantino, en donde masacraba a un nazi con un bate de béisbol. No hace mucho se dio el gusto de actualizar Holocausto Caníbal en The Green Inferno, y de mezclar monstruos y lo sobrenatural en una subvalorada serie de Netflix como Hemlock Grove. Pero más allá de su nombre, el gran distintivo del envío pasa por la calidad y la cantidad de entrevistados que dejan su testimonio en una suerte de cofradía del miedo. Así se puede ver y escuchar compadres del conductor como Rob Zombie, popes como Bryan Fulller o Roger Corman, “scream queens” como Vanessa Hudgens o Jennifer Tilly, figuras como Robert “Freddy” Englund, hasta estrellas de la gran pantalla como Tom Holland o Cate Blanchett. Para el responsable aún quedan mucha sangre y tripa por incluir. “Nos encantaría charlar con Guillermo Del Toro pero siempre está ocupado. Lo mismo con James Wan. Siempre que tratamos su agenda está completa. Crean en mí, si ustedes los quieren ver en el programa les pediremos una y otra vez hasta que lo hagan”, asegura Roth.

-Luego de una filmografía y un programa dedicado a un género en específico, ¿cuál es su definición del horror?

- El terror es muy personal, refleja los miedos de la persona detrás de la cámara, y cuando podés hacer que ese miedo sea universal para que sea algo de lo que todo el mundo haya experimentado en su propia versión, esas son las películas que trascienden cualquier categoría en la que otros puedan ponerlos.

-Hoy en día entre los subgéneros en boga aparece el “black horror”, que logró mucha repercusión por su fuerte mensaje. ¿Consideraría dedicarle un episodio?

-No conozco a ningún cineasta al que le guste estar en una categoría específica, pero siempre me gustó el horror que te asustó en un nivel primario y luego, cuando volviste y lo miraste, viste más en el subtexto.

-Esta temporada amplía el arco e incluye cuestiones como las infecciones. ¿Hay allí alguna conexión con la pandemia que azota al globo?

-Para ser sincero estoy harto de que todos hablen de la pandemia, pero lo primero que muchos de nosotros hicimos cuando estábamos encerrados fue ver películas de terror para ver cómo otros la afrontaban. Todos estábamos pensando, si esto se pone realmente mal y la sociedad colapsa, ¿entonces qué? No he escuchado tantos podcasts de terror hablando de Cabin Fever desde que salió en 2003.

-¿Cree que este macrogénero posee un nuevo estatus en la actualidad o sigue siendo subestimado?

-El horror está destinado a provocar conmoción y disgusto, pero no se puede negar que sigue siendo una de las pocas cosas que llevan a la gente a los cines. Analicemos lo que pasó con la nueva versión de Halloween. El terror sigue siendo una de las últimas cajas fuertes en la industria del cine.