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      Ricardo Roa
      Ricardo RoaDel editor

        De los mapuches a la inflación, un gobierno que no se hace cargo de nada

        La oposición es golpista. Los empresarios, remarcadores de precios. Y los medios meten mierda en la cabeza de los argentinos.

        La candidata Victoria Tolosa Paz y dos ministros, Juan Cabandié y Martín Guzmán, en la misma sintonía.

        Tolosa Paz acaba de revolear golpes blandos porque si revoleara golpes duros no le creería nadie. Pero los golpes que se están dando en el gobierno son los propios. Se los dan entre ellos. ¿Qué otra cosa son los del presidente Fernández vs. la gobernadora de Río Negro o los de Berni vs. Aníbal y viceversa? Y hay más. Pero hablar de todos ya cansa.

        Un caso, el del mapucheo secesionista, porque de eso se trata, en el Sur. Para empezar por algún lado: Río Negro pide ayuda a la Nación y Fernández le dice que él no está para eso. Berni, que siempre aspira a mostrar que está para más, golpea duro: “Es obligación del Estado enviar tropas”. Turno de Aníbal: “Ni el presidente ni yo necesitamos ser aprobados por Berni”. Berni acepta lo de la aprobación, pero precisa que 16.323.291 argentinos desaprobaron a los dos Fernández en las PASO. ¿Mando dibujito?, chicanea.

        También para pavonearse, el embajador Bielsa, que es un hombre al que le gusta pavonearse, sale a defender al maputrucho de nombre gringo Jones Huala, porque se trata de un argentino detenido. Si era por salir, el que debió haber salido era el cónsul. Y encima, Huala no se tiene por argentino: dice que la Argentina le okupa sus tierras. Su antigua abogada, Gómez Alcorta, es ministra de la Nación y otro ministro, Cabandié, que borró en julio al gobierno como querellante contra los violentos mapuches, anuncia de pronto que borra lo que había borrado y vuelve a ser querellante. ¿Qué hará Bielsa ahora?

        Aníbal Fernández y Sergio Berni, los responsables de Seguridad de Nación y Provincia, también chocaron por el conflicto mapuche.Aníbal Fernández y Sergio Berni, los responsables de Seguridad de Nación y Provincia, también chocaron por el conflicto mapuche.

        Si esto no es un autogolpe, ¿qué lo sería? Hay más. Guzmán, que negocia pagadioses con el Fondo, recibe al menos día por medio fuego del supuestamente amigo Instituto Patria, es decir de Cristina e hijo, Máximo. Guzmán parecía despojado de la mitología militante. Pero de pronto siente que Economía le queda chico y que, como Fidel, está para bajar de la Sierra Maestra. Dice que la oposición es “antiargentina”, como los militares del Proceso llamaban a los opositores y que “acabar con la dependencia del Fondo es un acto de soberanía”. Como diría Capusotto, todo por dos pesos.

        Nada es nuevo en el kirchnerismo. Kirchner le pagó cash una deuda al Fondo que cobraba el 4% y tomó deuda con Chávez al 15%. Negocio chino. Es bien conocido que Fernández, el presidente, tiene muchas versiones de sí mismo. Ahora, lo que empieza a ser bien conocido es que no está nada solo en eso. Guzmán podría decir que en su caso es porque lo fuerzan a sumarse a la campaña. Pero el ministro no es la candidata Tolosa: el 15 va a tener que volver a sentarse a negociar con el Fondo. No le quedará más remedio.

        Manzur, para seguir engañando con señas de que algún día el gobierno puede llegar a tener claro dónde está el Norte, llama a Marco Lavagna, el jefe del Indec que se supone autárquico. Feletti desempolva el viejo fiasco de los precios congelados y algo más: desempolva una ley de hace siete años que huele a meter mano en los números del Indec o a acomodar los números del Indec.

        Tolosa endurece el discurso revoleando miedos del pasado: la oposición es golpista. Y Feletti contra otra oposición, la empresaria y la de los comerciantes: golpistas de precios. No podría faltar la tercera: la de Julián Alvarez, de La Cámpora, ex secretario de Justicia y ahora candidato a concejal. Acusa a los medios “hegemónicos”, léase los que no son propios, de “meter mierda en la cabeza de los argentinos y argentinas”, que es como insultar que hay argentinos que dejan que se lo hagan.


        Sobre la firma

        Ricardo Roa
        Ricardo Roa