Seis de cada 10 empresarios creen que la economía empeorará en el segundo semestre

Si bien hubo una leve mejora con respecto a la anterior edición, la última Encuesta de Expectativas de Ejecutivos que elabora IDEA arrojó que el 64% de consultados estima que la situación económica del país va a estar peor entre este mes y diciembre. Entre las razones que esgrimen los empresarios, sobresalen el elevado nivel de inflación, la falta de un plan económico, la incertidumbre, la suba del dólar y el cepo cambiario.

Según el relevamiento realizado entre el 12 y 21 de julio, que incluyó a 250 ejecutivos socios de la entidad, un 39% dijo que la situación económica en estos seis meses va a ser moderadamente peor y un 25%, mucho peor. En tanto, un 22% consideró que se mantendrá igual, un 12%, que será moderadamente mejor; y un 2%, mucho mejor. “Los ejecutivos consultados sostienen una percepción desfavorable de la situación económica nacional del pasado semestre y no visualizan una pronta mejora. Un 14% confía en una tendencia hacia la prosperidad para el próximo período”, dice el informe.

En tanto, si se analiza por tipo de empresa, la perspectiva en el sector de los servicios es más negativa: un 68% de los ejecutivos estiman que la situación económica del país va a estar entre moderadamente y mucho peor, mientras que en la industria ese número es del 60%.

A la hora de analizar la situación económica del semestre que terminó, el 69% hizo una evaluación negativa (se eleva al 75% en el caso de los servicios), mientras que un 12% dijo que mejoró. En un índice de 0 (mucho peor) a 100 (mucho mejor), la expectativa era de 26 para ese período y la evaluación fue de 27, es decir, en torno a lo esperado. En tanto, para el lapso entre julio y diciembre, se prevé un muy leve avance, a 32.

Entre las razones que manifestaron quienes ven un horizonte más complejo sobresalen los factores de la inflación, la falta de un plan económico, la incertidumbre, la suba del dólar, el cepo cambiario, la gestión de la pandemia, la presión tributaria, el aumento del gasto público y el cierre de la economía.

Por su parte, quienes son más optimistas se basan en una mayor apertura de actividades por el levantamiento de las restricciones y una leve recuperación del ingreso por paritarias.

En este sentido, Eduardo D’Alessio, coordinador de la encuesta, dijo que, a nivel de la percepción de la situación económica del país se ha dado un aparente “punto de inflexión” basado en una ligera recuperación. “Cuatro de cada 10 entrevistados (36%) espera alguna evolución positiva de sus ventas [en los próximos 12 meses], las que parecen haber llegado a un piso”, aseguró. Un 26% piensa que no se modificarán y un 38% que disminuirán (leventemente, un 30%, y un 8% que lo harán significativamente).

En cuanto a las exportaciones, un 21% considera que aumentarán entre moderadamente y significativamente en doce meses, sin cambios respecto a la anterior edición. Algo más de la mitad de los encuestados aseguró que no se modificarán. “Este es uno de los aspectos en que la economía se encuentra expectante”, observó.

Por otro lado, la inversión continúa con una tendencia de recuperación, aunque el balance sigue siendo negativo (22 puntos porcentuales de diferencia entre el porcentaje que dice que disminuirá vs. el que aumentará), al igual que en el saldo del empleo privado (-16 puntos) y la rentabilidad (-39 puntos).

Ante la pregunta “¿Qué cree que sucederá con la inversión en su empresa dentro de doce meses?”, 43% dijo que disminuirá, 36% que no se modificará y 21% que aumentará. En particular, si se analiza la inversión estimada para 2021 como porcentaje de la facturación anual, los empresarios prevén invertir en promedio un 10%, cinco puntos menos que el año pasado. Esto se explica, según D´Alessio, porque en 2020 se realizaron inversiones proyectadas, a pesar de la pandemia de Covid-19, mientras que este año se observa la caída.

Consultados por los principales factores que aumentarían la competitividad del país, los ejecutivos hablaron de la posibilidad de una reforma impositiva, de bajar la inflación y de un buen funcionamiento de las instituciones y la Justicia. La estabilidad institucional también fue de lo más mencionado cuando les preguntaron por las condiciones que creen importantes para fortalecer e incentivar las inversiones, seguida de una revisión del marco impositivo y laboral.

Así, la mayoría de los ejecutivos consultados (55%) dice que la rentabilidad de su empresa disminuirá entre levemente (38%) y significativamente (17%). Un 16% cree que mejorará y el restante 29%, que se mantendrá igual.

Para el mantenimiento del nivel de empleo (40% dijo que lo conservará en un plazo de 12 meses) o generar nuevo (22%), en tanto, apuntaron a cambios en las condiciones de contratación, incentivos fiscales, un trabajo conjunto entre el sector público y privado y un mayor diálogo con sectores gremiales.

Según el economista Santiago Bulat, que también participó de la presentación de la encuesta vía Zoom, el tema del empleo es uno de los que más preocupa a IDEA, ya que la cantidad de puestos de trabajo es la misma que hace 13 años con una población que fue en aumento. “Esto trae el problema de más informalidad laboral, más precarización y más desempleo”, señaló.

Consultados, por otro parte, por las expectativas de los empresarios en cuanto a la inflación, D’Alessio dijo que no se les preguntó puntualmente por eso, pero que su suposición es que este horizonte no prevé una hiperinflación.

Bulat, en tanto, sumó que es difícil pronosticar una hiperinflación, aunque, si se miran las expectativas, ninguna consultora baja de una inflación del 40% para 2022, un número muy similar al que se espera para este año.

“Se está tendiendo a un punto de inflexión, pero los ejecutivos siguen cautos porque la inflación distorsiona la competitividad”, opinó D’Alessio, y Bulat agregó que, después de la crisis del año pasado, ahora el país está estancado.

“Si este año recuperamos un 7% aún estamos lejos de 2017 y reitero que la percepción de mejora o empeoramiento también depende del rubro en que se esté. Los servicios están más afectados, mientras que la industria ya empezó a recuperar parte de lo perdido. Durante los últimos meses la recuperación se estancó y la Argentina, junto con Colombia, son las economías más afectadas de la región”, finalizó.