Nández y su declaración de amor

Fue la cancha perfecta para él. No sólo por haber marcado un gol cuatro minutos después de haberla pisado por primera vez en la goleada 4-1 a Godoy Cruz el 17 de septiembre de 2017, sino también por el cariño que siempre recibió en la Bombonera. Claro, la historia de amor entre Nahitan Nández y la gente de Boca duró poco pero fue profunda y dejó huellas. Por eso, el uruguayo nunca se sintió así antes. Y lo sigue diciendo...

"La verdad que me eriza la piel. Son momentos que nunca voy a olvidar. Jugar en la Bombonera, siempre lo dije y siempre lo voy a decir, hasta el momento fue lo más lindo que me pasó como experiencia en el fútbol", dijo en una entrevista en ESPN.

El mediocampista de 24 años jugó 67 partidos en el club entre 2017 y 2019 y se ganó el cariño de los hinchas por su estilo de juego y su personalidad. Pero en esa relación todo fue recíproco. "He tenido la suerte de jugar una Copa América, el Mundial pero jugar en esa cancha, con esa gente, transmite algo que no sé... es muy difícil explicarlo con palabras", aseguró.

Aunque vivió buenos momentos en el club, ganó dos títulos (Superliga 207/18 y Supercopa 2019) y hasta llegó a jugar una final de Copa Libertadores​, para el uruguayo hubo un encuentro que lo va a marcar para siempre en el Templo: "El partido que le voy a contar a mis nietos es cuando debuté en la Bombonera. Guillermo me puso los últimos minutos y justo el Pipa (Benedetto) me dio el pase atrás e hice el gol contra Godoy Cruz. Fue soñado".

Pese a no poder levantar la Séptima, para Nahitan la Copa del 2018 fue muy buena. "En Boca disfruté todo hasta el último momento. La final aquella fue linda también. Ir pasando las fases en series muy difíciles nos hizo aprovechar para ser un grupo maravilloso. Si algo bueno teníamos también era el grupo", contó. Y explicó sobre la el partido con River: "Son momentos, los no tan buenos como los buenos, que siempre van a quedar, y es lo lindo del fútbol también".

Su ciclo se terminó a mediados del año pasado, después de los octavos de final contra Paranaense, cuando decidió dejar el club y pasar al Cagliari de Italia por 20.000.000 de dólares. Justamente, la revancha contra el equipo brasileño fue su despedida, en una noche en la que jugó un partidazo y se fue ovacionado de la Bombonera. Ese estadio que lo deja sin palabras.