Por qué viajar solo es más caro

Viajar solo es una tendencia en alza en todo el mundo y también en nuestro país. Año tras año el número de personas que viajan por su cuenta aumenta, un incremento que algunas fuentes sitúan entre un 15% y un 20% y que se traduciría en que casi ocho millones se inclinan por esta opción.

En el pasado, con frecuencia, el concepto de viaje en solitario se asociaba a la "soledad", con una connotación negativa. Hoy, en cambio, responde en muchos casos a una elección personal: sea por no coincidir en fechas o preferencias con la pareja, la familia o los amigos, o para dar respuesta a una necesidad vital. El mercado lo sabe y las propuestas destinadas a este tipo de público son cada vez más diversas.

El precio: un freno

“Me encanta viajar sola. Es una oportunidad de conocer gente y de visitar países que en compañía de mis amigos no podría ni soñar. Nuestros gustos en materia viajera son muy distintos”, aseguró Rosa, quien hace cinco años decidió comenzar a viajar por su cuenta.

Para ella, sin embargo, existe un pero: “El único inconveniente que me frenó en más de una ocasión es el precio. Viajar sola es mucho más caro que hacerlo en pareja o en grupo”. Su queja refleja la realidad de otros muchos amantes del 'solo travel'. Y es que en esta ocasión uno más uno no suele ser dos.

Buscando culpables

Anna Ayats, directora de Malaika Viatges, una agencia española especializada en viajes de autor, corrobora sus palabras. Buena parte de sus clientes son viajeros que contrataron la experiencia de forma individual. “En un grupo de 16 personas, es habitual que 10 sean hombres o mujeres que viajen solos” explicó. “Para ellos el precio es sustancialmente más alto que el que pagan en el mismo viaje los que van acompañados y comparten habitación” añadió.

Y es que, según Ayats, “lo que encarece este tipo de viaje es el alojamiento. Exceptuando países como Francia o Italia, con algunos hoteles antiguos que todavía tienen cuartos individuales, la mayoría de establecimientos de todo el mundo ya no los ofrecen. Y el precio es siempre por una habitación doble”.

Fuentes de Meliá confirman que la cadena ya no contempla la habitación single, entendida como un espacio de una sola cama y con capacidad para una única persona, y justifican que el precio de una doble para uso individual sea el mismo si en ella duermen una o dos. Comparan esta situación con el alquiler de un auto, en el que la tarifa es en cualquier caso la misma, con independencia del número de ocupantes.

Según la cadena, “cuando esa misma habitación se vende a través de agencia o como parte de un paquete vacacional, su precio se divide entre los dos ocupantes. Si solo hay uno, el importe no se puede dividir. No se trata, como algunos podrían creer, de que se aplique un suplemento para el uso individual, sino que en algunos hoteles vacacionales, se realizan descuentos que pueden llegar hasta el 25% sobre el precio de la habitación”.

¿Y qué pasa cuando se contratan servicios adicionales relacionados con el consumo? En este caso sí existe diferencia a la hora de facturarlos, por lo que el establecimiento tendrá en cuenta el número de ocupantes. En otras palabras, el desayuno o la media pensión, por ejemplo, se pagarán por persona.

En estas circunstancias, es probable que muchos viajeros se queden en casa ante la imposibilidad de hacer frente a precios excesivamente altos. Teniendo en cuenta que viajar en solitario no es una moda pasajera, cada vez son más numerosas las voces que reclaman a hoteleros y operadores turísticos que empiecen a aplicar medidas que no penalicen a un segmento de mercado que podría convertirse en un uno de sus principales clientes de futuro. importante.

Magda Bigas / La Vanguardia